Por Raúl Germán Bautista.- Un chofer de la ruta La Vega-Santiago acusó a un motoconcho de haberle roto el vidrio de su guagua y, por tal razón, intento agredirlo físicamente en la calle Profesor Juan Bosch.
Pero lo que no contaba el guagüero era que el motoconcho tenía un arma cortopunzante y le rozó con ella por una pierna, lo que provocó que se le despegara huyendo.
“Ahora me vas a tirar a mí; haz lo que tú quieras…Tu maldita madre”, vociferó el guagüero, ya medio asustado (bronco).
“Él te cortó, él te cortó, hermano”, preguntó alguien, y respondió: “Me corta a mí y se puede ir de ahí”, dijo el guagüero.
Luego, volvieron a discutir, casi cara con cara, pero ya el guagüero estaba en una actitud mucho menos violenta, aunque se mantenía la contienda.
El motorista, en todo momento, negó que fuera él el responsable de haber roto el vidrio de la guagua.
“Cuando él se iba, yo entré a su guagua y le quité su llave, pero su vidrio estaba roto; él no me va pegar su muerto a mí. Él tiene que pagarme lo mío”, dijo el motorista.
“Vamos ir a la Fiscalía. Vas a tener que pagarme el cristal”, le expresó el chofer de guagua, mientras el motorista le respondía: “Tú puedes ir dondequiera, y a mí no me topes”.
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