Revelan secretos del cónclave que eligió a León XIV: maniobras, anécdotas y el papel decisivo de Francisco

 

La intrahistoria del cónclave en el que fue elegido León XIV, las maniobras para influir en la votación, las anécdotas dentro de la Capilla Sixtina y el hecho de que Robert Prevost nunca tuvo verdaderos rivales, ni siquiera Pietro Parolin,  se revelan por primera vez en un libro que sale a la luz este miércoles en España.

“El último cónclave” (Arpa) narra, a través de los periodistas Elisabetta Piqué y Gerard O’Connell, los  días frenéticos que comenzaron con la muerte del papa Francisco el 21 de abril y culminaron con la rápida elección del estadounidense Robert Prevost el 8 de mayo, desmintiendo la narrativa difundida por la prensa italiana.

“Nuestra versión es diferente porque escuchamos a muchos cardenales que contaron cosas muy interesantes. Eso hace que este libro sea hasta mejor que el film Cónclave, porque la realidad supera a la ficción”, explicó a EFE O’Connell, corresponsal de la revista católica America.

Los autores sostienen que, al mirar atrás, se percibe cómo el papa Francisco, “de forma tácita”, pudo haber señalado a Prevost como su sucesor, “Con sus últimas decisiones, lo trajo a Roma como prefecto de uno de los dicasterios más importantes, lo hizo cardenal y poco antes del cónclave lo nombró cardenal obispo, el mayor rango, pues sólo hay doce,  por eso decimos que fue la última sorpresa de Francisco”, afirmó Piqué, corresponsal del diario argentino La Nación.

El libro, concebido como un diario, describe momentos inéditos del cónclave. O’Connell relata que el cardenal italiano Beniamino Stella sorprendió al resto al criticar abiertamente al papa Francisco “por ignorar la tradición de la Iglesia que vinculaba el poder de gobierno con las órdenes sagradas”.

Mientras los cardenales asistían a las congregaciones, periodistas de un portal católico tradicionalista distribuían biografías de los purpurados y ejemplares del libro The St. Gallen Mafia, subtitulado Exponiendo los secretos del grupo reformista dentro de la Iglesia, en un intento por influir en la elección papal.

El relato también revela que se tuvo que repetir una votación porque el cardenal español Carlos Osoro Sierra introdujo por error dos papeletas, y que algunos cardenales llegaron tarde a la Sixtina tras quedarse dormidos en Santa Marta. Al no poder usar sus teléfonos por el aislamiento impuesto, el Vaticano les regaló despertadores para las jornadas siguientes.

No faltaron los episodios curiosos. “Durante la primera votación, los encargados de seguridad advirtieron que desde la Capilla Sixtina estaban captando una señal. Avisaron al cardenal Parolin de que había una tarjeta SIM activa, el cardenal en cuestión, uno de los más ancianos, descubrió que tenía su teléfono en el bolsillo. Desorientado, entregó el arma del delito”, detalla el libro.

Los autores explican que, como en 2013, la prensa italiana impulsó la candidatura de Parolin, pero “el paquete de votos que calculábamos, según contaban los cardenales, era imposible. Parolin entró papa y salió cardenal, lo mismo que le pasó a Angelo Scola en 2013”, señaló Piqué.

Las entrevistas realizadas a los cardenales revelan la sorpresa de este cónclave: “Los resultados de la primera votación muestran que más de treinta candidatos recibieron votos, pero solo tres obtuvieron entre veinte y treinta sufragios: el húngaro Péter Erdö, favorito de los conservadores; Robert Prevost, y el francés Jean-Marc Noël Aveline”.

Durante el recuento de la primera votación, se observó que Erdö no estaba en plena forma, lo que pudo haber hecho cambiar la opinión de varios electores. “La segunda votación mostró un cambio drástico respecto a la noche anterior. Prevost encabezó la lista tras ganar numerosos votos. Parolin pasó de tercero a segundo, aunque sus apoyos no aumentaron significativamente”, señala el texto, refutando la versión de que Parolin cedió sus votos al estadounidense.

Prevost siguió sumando consensos hasta la cuarta votación, cuando el cardenal nacido en Chicago, pero con casi cuarenta años de servicio en Perú, obtuvo 108 votos. La elección fue recibida con aplausos en la Capilla Sixtina, marcando el inicio del pontificado de León XIV y el cierre de uno de los cónclaves más breves y sorprendentes de la historia reciente.

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